Una de las cosas que más estoy escuchando últimamente en consulta es: «Estamos aún en enero y ya he incumplido los propósitos de año nuevo», «ya será para el próximo año», «sabía que no los iba a cumplir».
Algo que quiero transmitir y que quede muy claro es ¡no desesperéis! Siempre estamos a tiempo de hacer cambios, sobre todo, cuando son beneficiosos para nosotros. Los propósitos de principio de año más comunes son aquellos relacionados con la salud: dejar de fumar, perder peso, hacer ejercicio, aumentar el descanso, etc. Y, sin embargo, estos son los propósitos que tienen menos éxito.
¿Por qué fracasamos en nuestros propósitos? Todos/as comenzamos con ellos muy motivados. La primera semana llegamos a cumplirlos. A partir de aquí la mayoría ya va a abandonarlos.
No nos damos cuenta de los errores que cometemos en el momento de plantear un nuevo hábito:
Las metas u objetivos que nos proponemos son demasiado grandes. Si llevamos años sin hacer ejercicio, plantear hacer ejercicio 2h al día, se convierte en algo demasiado agobiante. Observamos todo lo que nos queda por delante y nos rendimos antes de empezar.
Para lograr una meta debe ser específica. ¿Qué significa esto? Significa que voy a descomponer mi meta en conductas concretas y sencillas pueda llevar a cabo. Cuando los objetivos son poco claros o específicos, es normal fallar. Si mi propósito es “comer mejor” voy a preguntarme, “¿qué es comer mejor?”. Quizá comer mejor signifique agregar más fruta y verdura a mi alimentación, reducir los hidratos de carbono, hacer comidas más completas, etc.
Es importante que nuestra meta sea también alcanzable. Esto quiere decir que la meta es realista y, por tanto, se puede alcanzar. Si nunca he hecho deporte, mi propósito de correr una maratón en 2 meses es prácticamente imposible. Sobre todo al principio, es importante marcarnos objetivos muy pequeños que podamos conseguir para seguir fomentando nuestra motivación. Salir a andar 2-3 días a la semana.
Algo que no se nos suele olvidar es hacer medible nuestro objetivo. ¿Cómo voy a saber que he cumplido? Si mis propósitos tienen relación con dejar de fumar, es importante notar los cambios que se están realizando. Me siento mejor, respiro más profundamente, no me ahogo, ahorro dinero…
Uno de los pilares fundamentales para llevar a cabo mis propósitos con éxito será mi motivación. ¿Por qué quiero hacer esto? Si mi motivación para comer más sano es externa (alguien quiere que coma sano) va a ser más complicado que pueda llegar a conseguirlo. Es realmente importante convertir mis metas en una motivación interna. “He estado insatisfecho/a con esta parte de mi vida y YO quiero cambiarla para conseguir…”.
Recordemos que vamos a ir perdiendo motivación con el tiempo, ya que nuestras metas son costosas en tiempo y/o esfuerzo. Será en este momento cuando tengamos que dar un paso atrás y volver a visualizar el por qué estoy haciendo esto. Si no hay motivación interna propia, lo más probable es que abandone mi nuevo objetivo y vuelva a mi rutina habitual.
Es cierto que el nuevo año es un momento ideal para establecer un nuevo hábito, pero no es el único. Recordemos que nadie es perfecto y que a todos/as nos cuesta cambiar. A veces también vamos a necesitar un poco de ayuda extra para conseguirlo.
Si quieres cambiar tus hábitos y no sabes cómo, te cuesta lograrlo o tienes miedo al fracaso, la terapia psicológica puede ser un gran aliado para ti.